sábado, 24 de noviembre de 2012

La proposición de Nick Cave


Hoy vamos a hablar de la película La proposición. ¿Por qué? La razón principal era el estreno del film Sin ley, pero ha sido retrasado sine die. ¿Y qué relación guardan ambas películas? El guionista de ambos títulos es el músico Nick Cave (y ambos fueron dirigidos por John Hillcoat aunque esto nos interesa menos). ¿Algo más que añadir? No. Aquí está el cartel.


En la Australia de 1880, una banda dirigida por tres hermanos ha estado aterrorizando a la población. Dos de ellos son detenidos por el capitán Stanley y Charlie, el mediano, recibe una proposición: tiene 9 días para matar a su hermano mayor Arthur. De lo contrario, su hermano pequeño Mike, apenas un niño, será ahorcado.


Arthur está acampado en las montañas. Hay varias leyendas sobre él. Algunas personas creen que el fugitivo es una bestia que duerme en cuevas; los aborígenes piensan que es un espíritu; otras dicen que se convierte en perro, le crecen orejas, colmillos afilados, una cola y aúlla…

Charlie parte en busca de su hermano. Mientras cabalga, una lanza atraviesa el pecho. Recogido por Arthur, debe recuperarse de sus heridas. Mientras, el capitán tiene sus propios problemas, debe defender a Mike de una multitud que quiere lincharlo. Sus hermanos mayores deciden intentar liberar al preso.

La proposición es un western oscuro, violento, fantasmagórico… Con cierto aire de fatalidad y algún esteticismo que sobra como esa redundante cámara lenta o ciertos planos contemplativos. El director consigue reflejar muy bien el calor (bañando muchas secuencias en luz amarilla) y la suciedad (con la constante aparición de moscas) del lugar y la época a la vez que crea una sociedad tremendamente violenta (Mike recibe 40 latigazos mientras toda la población observa).

El guión de Cave es algo disperso y lento. Las acciones ya están claras pero tardan en suceder, como alargadas “artificialmente”. Algunos diálogos  quizá quedan mejor leídos que escuchados (“No queda ningún hombre aquí, solo el diablo y las patatas”). Pero se reconoce una auténtica murder ballad del australiano con alguna de las obsesiones habituales del músico como las referencias bíblicas (un castigado por los crímenes de otros, la muerte de inocentes).

Tomó forma durante la grabación de No More Shall We Part, el álbum de “casado” de Cave, con más humor y distanciamiento que el desnudo emocional de The Boatman’s Call pero tiene poco que ver con el primero. La banda sonora, compuesta junto a su actual “mano derecha” Warren Ellis, es mayoritariamente incidental y refleja de forma muy marcada las diferencias entre los momentos de paz y la tensión. Aún así, se reconocen algunas partes en temas de los Bad Seeds como ciertas melodías de violín o el comienzo del corte "Martha’s Dream” que recuerda al tema "Night of the Lotus Eaters”.

En definitiva, La proposición ensancha el universo de Nick Cave y como su música puede fascinarte o desesperarte… O ambas cosas a la vez… O, a veces, una y, a veces, la otra…

martes, 23 de octubre de 2012

Entrevistas breves con hombres repulsivos, de David Foster Wallace


Entrevistas breves con hombres repulsivos  reúne 23 relatos que el autor fue publicando en revistas o libros recopiladores de historias cortas. Bajo ese título se incluyen cuatro capítulos aunque también se podría haber elegido “Otro ejemplo más de la porosidad de ciertas fronteras”  que da nombre a tres.

Es una forma perfecta de iniciarse en la prosa de Wallace porque en estas pequeñas historias aparecen muchas de las virtudes que luego aparecerán en sus novelas, alguno de sus recursos y sus personajes habituales: seres disfuncionales, agónicos emocionales, aislados, personas maniáticas o con depresiones profundas (enfermedad que sufrió el escritor)…

En el relato “La muerte no es el final” se encuentra  la descripción muy precisa de un hombre que tomaba el sol en una hamaca mientras leía una revista y bebía un té helado. No ocurre nada. De la misma forma minuciosa, no en vano es uno de los rasgos de la escritura de Wallace, resulta la descripción de la vida en una piscina en “En lo alto para siempre”.

Las entrevistas a los tipos repulsivos se presentan como una serie de respuestas sin preguntas, aunque muchas de ellas se adivinan. Entre estos tipos repulsivos se encuentran aquellos que se aprovechan de una situación de debilidad en una mujer; aquellos que harían o dirían cualquier cosa con tal de follar; otros que sienten la necesidad de alejarse de su pareja cuando tienen la certeza de que las han “conseguido”, de que ellas están entregadas a la relación; otro usa la música de Ligeti para preguntar a sus conquistas si permiten que las ate durante la relación sexual... En definitiva, si alguna mujer heterosexual está en una etapa de esas de “todos los hombres son unos cabrones” estas breves entrevistas la potenciará ad nauseam.

Algunos relatos son un ejemplo de la experimental literatura del autor. El segundo capítulo de “Mundo Adulto” (sobre la obsesión de una mujer por el placer sexual de su marido), Wallace lo presenta en modo esquema con notas. Un ejemplo: [→ señala cambiar formato de dramático/estocástico a esquemático/ordenado]. Mientras, la historia de “Rotulos praeteritus” está compuesta por  las definiciones de la palabra “rollo”.
Quizá sea más atractiva la forma que el contenido por ser más débiles las apreciaciones humanas pero, como se decía, Entrevistas breves con hombres repulsivos es una forma perfecta de iniciarse en la prosa de David Foster Wallace.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Corta-venas


A Sara le gustan las canciones de Nacho Vegas. Sus amigas dicen que Nacho Vegas es un corta-venas. Y a mí me divierte esa palabra (compuesta).  Corta-venas: Dícese de aquella persona o ser inanimado cuya presencia o actos animan a un tercero a cortarse las venas (en vertical, para que no puedan coserlas). El caso es que existe una película que se podría traducir casi, casi así: Wristcutters (los que se cortan las muñecas, los que se cortan las venas o ya que estamos, los corta-venas).


Como no podía ser de otra manera, la película comienza con un chaval, Zia, cortándose las venas y muriendo mientras su voz, en off,  habla de lo que ha llorado su novia. El chico despierta en un universo alternativo, una especie de tierra de Oz. Ya instalado, trabaja en una pizzería, descubre que su antigua novia también se suicidó y parte en su búsqueda junto con un amigo.


Viajan en un coche destartalado en el que si algo cae debajo del asiento del copiloto desaparece. Recogen a una autoestopista que busca a la gente que está al cargo y tienen un accidente al intentar esquivar a una persona (interpretada por Tom Waits) tumbada en la carretera.

La aparición del de Pomona pasa por ser lo mejor de la película. De hecho, su presentación podría ser la de un personaje de alguna de sus canciones: “tumbado en la carretera, cansado de buscar a mi perro Freddy…” Waits lo empapa todo y la búsqueda de Freddy los conduce hasta el Rey Mesías. Zia encuentra junto a él a su antigua novia y se debate entre el amor a esta o a la autoestopista.

Comedia ácida situada en una especie de purgatorio que funciona como una segunda vida para todos aquellos que se han suicidado, un lugar donde no se puede sonreír. En parte road movie, se contemplan diversos flashbacks con los suicidios y el estado en el que quedaron esas personas (a lo American Horror Story pero menos gore). A pesar de algunos momentos ingeniosos, no deja de ser una variante, bastante floja, del chico conoce chica.
 
Aunque Wristcutters es una película algo raruna. Alguien dijo de Hurlyburly que solo gustaba a los consumidores de cocaína que quizá entiendan las paranoias que cuenta. Con Wristcutters pasa algo parecido. Solo gusta a los que se han cortado las venas, con éxito.