miércoles, 18 de abril de 2012

Los juegos del hambre


Dicen que la arquería está de moda en los Estados Unidos. Dicen que la culpa la tiene una película que lleva cuatro semanas consecutivas aupada en el número uno de las más taquilleras. Y dicen que es una película notable. Llegó la hora de cambiar el lema de este blog. El nuevo es: “Todo el mundo habla de Los juegos del hambre”.

Escribí sobre la trilogía en 2010, concretamente aquí. Hoy lo recupero (hay que reciclar) y añado las reseñas del resto de libros de la saga (¡en exclusiva!), también escritas hace un tiempo cuando la película se encontraba en pre-producción.


LOS JUEGOS DEL HAMBRE
 
En las solapas del libro se leen adjetivos como “obsesionada” y “adictivo” pronunciados por los superventas, y tocayos,  Stephenie Meyer y Stephen King. Se pueden añadir más: valiente, sorprendente, brutal,  inteligente y escalofriante por momentos; mientras se subscriben la obsesión y la adicción. Una muestra, en el primer capítulo se lee “si pudiéramos escoger entre morir de hambre y morir de un tiro en la cabeza, la bala sería mucho más rápida”.

Los juegos del hambre presenta un mundo futurista donde un país está dividido en distritos controlados de forma tiránica por el Capitolio. Para recordar su poder, y humillar a sus subordinados, cada año organiza una competición televisada, que da título al libro, en la que 24 jóvenes llamados tributos, un chico y una chica por distrito, pelean a muerte.

Aunque pareciera que el lector desea ¡que comiencen los juegos!, la parte central, de estrategias, campos de entrenamiento y conseguir patrocinadores es tanto o más interesante y otra forma de competir a la que los tributos tienen que enfrentarse. La ciencia-ficción da para crear animales monstruosos o modificar el clima a capricho, más enemigos con los que pelear.

Y, en medio de la encarnizada lucha, un romance. Un romance nada empalagoso, que avanza poco a poco y que evoca a la más clásica de las historias de amor.

La autora mantiene el dramatismo de la muerte, algunas bastante violentas aunque no se recrea en lo gráfico, en una historia como esta se corre el riesgo de insensibilizar al lector.

La crítica es evidente, pero no por ello menos efectiva. Lo vacío de la sociedad moderna, despiadada con sus semejantes, que se preocupa por su imagen mientras gran parte del mundo se muere de hambre. Pero podemos verlo cómodamente en la televisión. Pan y circo, Los juegos del hambre.


 EN LLAMAS
 
“Lo único que me distrae de mi situación actual es fantasear sobre asesinar a (…). No son unas fantasías demasiado bonitas para una chica de diecisiete años, supongo, pero yo las disfruto mucho.”

Algunos se sentirán sorprendidos por estas líneas. Los que hayan leído Los juegos del hambre no. Pero se volverá sobre esto después.

En llamas es el segundo libro de la saga. Lo que era una prueba de supervivencia  se convierte en algo más global en esta entrega, una auténtica revolución es lo que plantea esta novela, “matarán mi cuerpo pero no mi espíritu”.

De nuevo, la preparación a los juegos vuelve a sorprender, plantando semillas para lo que ocurrirá después. Porque hay Juegos del Hambre, y son especiales. Collins intenta hacerlos distintos y lo consigue. Logra que escenas plácidas transmitan verdadero horror. La parte final, aunque ha perdido capacidad de sorpresa, quizá el problema más destacado como se decía antes, sigue siendo ingeniosa.

La autora crea un triángulo amoroso bien trazado y no se asusta al hablar de desnudez, alcohol o drogas. Además, retuerce y retuerce la crítica a la sociedad actual. Su aporte más descarnado es un banquete en el que los invitados ya saciados, vomitan para volver a llenarse el estómago.

Quizá En llamas no sea más que un bestseller pero es un buen bestseller. Y hace pensar que es más que muchos libros para adolescentes, o para young adults que el inglés es más preciso en cuanto a la adecuación de la edad lectora. Sin ánimo de profundizar en el tema parece ser que han acuñado el término “crossover” para referirse a una mezcla entre novela para adolescentes y novela para adultos. En llamas está en esa línea y es un libro más que interesante.


 SINSAJO

“Rosas, lobos mutados, tributos, delfines glaseados, amigos, sinsajos, estilistas, yo.
Esta noche, en mis sueños, todos gritan.”

Con este libro finaliza la trilogía Los juegos del hambre. La palabra, inventada por la autora, designa a uno de sus animales, un ave imaginario.

Si la primera parte versaba sobre una lucha por la supervivencia y la segunda sobre una rebelión, Sinsajo es una gran reflexión sobre lo inútil de la guerra, de todas las guerras y la gran pérdida que producen, las vidas humanas.  Se asiste al drama de los refugiados, a ver la muerte de los seres queridos, a la tortura o a las secuelas de lo vivido, pesadillas que conducen casi a la locura.

Collins no se detiene ahí.  Critica la política, la considera solo marketing, el “es mejor parecer que ser” y la dictadura de la imagen. Hay líneas que llenan de desesperanza, de odio al ser humano: “dejar que otra especie más decente ocupe nuestro lugar”, “somos seres inconstantes y estúpidos con mala memoria y un don para la autodestrucción”. Y son tan desgraciadamente reales, que duelen.

Intriga, emoción, drama… Tristeza, soledad, madurez…  Se va a hablar mucho tiempo de estos libros. Parece ser que Hollywood los va a hacer aún más famosos. Esperemos que los respete (y que no los endulce).