lunes, 27 de febrero de 2012

Fascinación, de Don DeLillo

-Fascinante, sí. Una palabra interesante. Proviene del latín fascinatus. Un amuleto con forma de falo. Una palabra que procede de la misma raíz que “fascismo”.

Fascinación es la nueva novela de Don DeLillo. Bueno, eso creía yo. Mi única experiencia anterior con las obras de este autor era El hombre del salto. Una novela difícil en la forma pero con “imágenes” capaces de permanecer en el córtex años después: el ejecutivo cubierto del polvo de las Torres Gemelas, el lavado de cerebro del joven árabe, el artista que realiza performances entre edificios…

En la faja promocional de Fascinación se encuentra la frase: “La búsqueda de una película pornográfica protagonizada por Hitler”. Una historia tan exploitation y la pluma de DeLillo parecen argumentos suficientes para leer el libro.

La primera parte funciona como una novela de espionaje con estancias escondidas, organizaciones gubernamentales secretas, operaciones clandestinas, el cadáver de un hombre vestido de mujer... Reconozco que no es lo que esperaba. Tras acudir a los títulos se descubre que la novela se publicó en 1978 y que no reproducen el título original Running Dog.

Ergo, Fascinación es la última novela publicada en España de Don DeLillo. Ahora sí.
Lighborne es un anticuario que regenta una galería de coleccionismo de artículos eróticos. En un mundo donde los rumores son importantes conoce la existencia de una película sin montar, una sola copia. El original de cámara. Rodada en Berlín, en el mes de abril del año 1945.

Emprende la búsqueda de ese mito, al igual que una serie de personajes: Moll, una periodista que realiza un reportaje sobre el arte erótico; Selvy, un agente gubernamental que trata de sacar los trapos sucios de un senador; Lomax, jefe del anterior y acostumbrado a jugar con dos barajas; Percival, el senador y coleccionista de productos eróticos; Mudger antiguo agente especial que ahora trabaja por libre...

Como se decía antes en la primera parte la novela es un thriller con la investigación, una historia de amor, intentos de asesinato... Después, en la parte dos, la obra se espesa, los personajes se dispersan y la narración también: Moll se entrevista con el senador y con Mudger; Selvy huye de su propia organización junto a una mujer que realiza actuaciones como cuentacuentos desnuda... Resulta aburrida. Y se llega al final, en la tercera parte el lector solo espera conocer el contenido de la película (que no voy a desvelar) y DeLillo estira y estira el suspense.
Como no termino de hacerme una idea con este escritor, la siguiente entrada literaria será sobre Cosmópolis.

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