domingo, 19 de febrero de 2012

Un mundo sin petirrojos



 Todo comenzó un día en el que un joven universitario amante de los misterios, encontró una oreja cortada en un descampado.
 El universitario entregó la oreja a la policía y conoció a la hija del detective, Sandy, también intrigada por el caso. La curiosidad, aquella que mató al gato, los condujo hasta la casa de una cantante, Blue Lady. El Universitario se escondió en un armario y allí observó a la mujer. Fue descubierto y, a pesar de unos comienzos difíciles, pronto se convirtieron en amigos especiales.

 Entonces llegó Frank, el hombre peligroso, al que no le gustaba que le miraran. Tenía una mascarilla de oxígeno, e hizo cosas malas con Blue Lady pero ella parecía disfrutar, parecía necesitarlo…

 A la noche siguiente, el Universitario se personó en casa de la mujer. Ella confesó que lo había buscado en su armario y que él le gustaba, ambos se gustaban. Él contó parte de lo sucedido a su amiga Sandy y se besó con ella. Pero más tarde visitó a Blue Lady y también se besó con ella. E hicieron cosas… De forma un poco rara.

 Frank descubrió al Universitario en casa de Blue Lady e invitó a ambos a una cerveza en El Paraíso de los Conejitos. Allí cantaron y bailaron aunque Frank no trató bien al Universitario. Continuaron la noche dando un paseo por el campo. Frank quería pellizcar las t**** de la Blue Lady pero el Universitario no se lo permitió. El primero lo sacó fuera del coche y le pegó pero como era un hombre muy extraño antes le dio besos en la boca.


 El universitario, con un ojo amoratado y el labio partido, le contó todo al policía. Un viernes  por la noche salió con Sandy y fueron a una fiesta para olvidar lo sucedido. Pero, al regresar a casa encontraron a la Blue Lady desnuda y magullada. 


El Universitario fue hasta la casa de la mujer. Allí encontró al hombre que había perdido la oreja mientras la policía intentaba detener a Frank. Pero el malvado escapó y llegó hasta la casa disfrazado de un hombre elegante. El Universitario se escondió de nuevo en el armario. Frank lo iba a descubrir cuando el Universitario le disparó.

 Era un mundo extraño. Pero sí había petirrojos. 

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